¿Qué es el Perdonar?

perdonarLos psicólogos definen el perdonar como una decisión consciente y premeditada de librarse de sentimientos de resentimiento o venganza hacia una persona o grupo de personas que te ha hecho daño, sin importar si realmente merecen tu perdón.

Muchos de nosotros sentimos que cuando perdonamos a alguien, les hacemos un favor. Tal vez han cambiado, se han disculpado, o bien sentimos que les hicimos sufrir lo suficiente. La realidad es que el principal beneficiario de perdonar es el que otorga el perdón.

Cada vez que abrigamos un sentimiento odioso, de mala voluntad, o negatividad persistente hacia alguien, nos hacemos daño a nosotros mismos. Cuando recordamos los agravios que nos han hecho, nos hundimos en emociones negativas hacia aquellos que nos han perjudicado. Revivimos esas emociones negativas, sufriendo nuevamente el dolor pasado. Este proceso puede afectarnos no sólo emocionalmente, sino que eventualmente, hasta físicamente, manifestándose a través de nuestro cuerpo y en nuestra salud.

Perdonar no es fácil, hay veces que se siente más doloroso que la herida que sufrimos en un principio. Y sin embargo, no hay paz sin perdón, es el proceso más importante que trae paz a nuestra alma, armonía a nuestra vida y nos permite librarnos del peso de nuestro sufrimiento, lo cual a su vez trae paz a nuestra mente y alma.

Entonces, ¿cómo perdonar un mal? No es fácil, va en contra de nuestra naturaleza humana. El perdonar significa un compromiso con el proceso de cambio. He aquí algunas ideas:

  • Considere el valor de perdonar y su importancia en tu vida en algún momento determinado
  • Reflexione sobre los hechos de tal situación, cómo has reaccionado y cómo esta combinación ha influenciado en tu vida, tu salud y tu bienestar
  • Elija enérgicamente perdonar a la persona que te ha ofendido, eso si, cuando estés listo
  • Aléjate del papel de víctima y así libérate del control y el poder que mantiene el ofensor sobre ti y los efectos negativos que ha tenido en tu vida
  • Al desligarte de los rencores, ya no definirás tu vida por cómo has sido herido o como te hayan tratado, incluso podrías descubrir la compasión y comprensión.

Soltar los rencores y la amargura puede dar paso a la felicidad, la salud y la paz. El perdonar puede conducir a:

  • Relaciones más saludables
  • Mayor bienestar espiritual y psicológico
  • Menos ansiedad, estrés y hostilidad
  • Reducción de la presión sanguínea
  • Menos síntomas de depresión
  • Un sistema immunológico más fuerte
  • Mejoras en la salud del corazón
  • Mayor autoestima

No hay ninguna garantía de que el agresor te corresponda, aun así, para ti, este es el comienzo de un cambio positivo en tu vida.

El perdonar mejora nuestra salud, los beneficios del perdón parecen venir en gran medida de su capacidad para reducir los efectos negativos tales como la tensión, la ira, la depresión y la fatiga.

El perdonar nos hace más felices, perdonar a los demás puede hacer que la gente se sienta feliz, especialmente cuando perdonan a alguien con quien tiene cercanía.

El perdonar aumenta la bondad y la conectividad, los que perdonan, no sólo se sienten más positivos incluso para con quien los haya perjudicado, también son más propensos a ser voluntarios para una buena causa y están más conectados con otras personas en general.

Cuan cierto lo dicho por el arzobispo Desmond Tutu: “El perdonar es el camino hacia una verdadera paz duradera”.

Métodos Prácticos para Combatir el Estrés

stressHaga ejercícios regularmente. Los aeróbicos durante 15 a 20 minutos por día constituye una de las mejores maneras de reducir la tensión.

Coma bien. Evite los excesos de cafeína y otros estimulantes que pudieran causar ansiedad. Las frutas y verduras frescas son altamente recomendadas para reducir el estrés. Los alimentos que contribuyen al estrés pueden incluir: platos preparados, azúcares artificiales, bebidas gaseosas, el chocolate dulce, los huevos, las frituras, la comida chatarra (fast food), el cochino, carnes rojas, el azucar, productos a base de harinas refinadas, las chucherias o botanas, los alimentos que contienen preservantes o fuertemente condimentados.

Duerma lo suficiente. La mayoria de nosotros necesitamos entre siete a nueve horas de sueño por noche. El dormir no sólo permite su cuerpo descansar sino también le da tiempo a su cerebro a organizar lo que haya aprendido.

Ríese. No tome las cosas demasiado en serio. Al momento de reírnos o sonreír, aumenta la circulación de la sangre hacia el cerebro y se liberan las endorfinas. A su vez, el nivel de estrés disminuye. Los estudios demuestran que el reír no solamente reduce la tensión sino también mejora el sistema immunológico.

Sea decisivo. La indecisión le impide tomar acciones apropiadas, lo cual intensifica el estrés.

Tenga autoridad. Comunique abiertamente sus ideas, sentimientos, etc… con los demás, aún cuando haya diferencias de opiniones, eso si, no sea agresivo.

Anímese. Si eres de las personas que tiende a echarse la culpa encima por los problemas (aún cuando no lo sea) puede hallarse culpable de pensar negativamente de si mismo, lo cual es un factor importante de estrés. Acepta los contratiempos como algo común y corriente en la vida, le ayudará a tener mayor auto-estima y disminuirá los niveles de estrés. Piensa positivamente acerca de si mismo.

Bájele dos y relájese. Tranquilícese, no se apure, haga una caminata. El hecho de alejarse momentáneamente de una situación estresante le ayudará a relajarse y pensar “en frío” y lógicamente cuando vuelva.

Priémese. Cuando realice una tarea, aunque sea pequeña, tomése un momento, surfea internet, visite una biblioteca o vaya al cine. Aquellas personas que se auto-premien disfrutan de una mejoría cuantitativa de su sistema immunológico durante varios días.

Nutra su alma. Las creencias religiosas y/o espirituales nos brindan una visión panorámica lo cual nos permite colocar las cosas en su debida perspectiva cuando estemos estresados.

No hesite en pedir ayuda. Busque consejo y/o atención médica si repentinamente le dé un ataque de pánico, se encuentra inhabilitado de trabajar por la ansiedad, la auto-ayuda es insuficiente o no puede precisar bien la causa de la ansiedad.

Establezca una rutina. Al establecer una rutina diária puede ahorrar tiempo y prevenir el estrés. Previsiblemente podrá asegurar que a pesar de los contratiempos, ciertas cosas se mantienen constante.

Crea listas. Haga una lista a diario de los “Que Haceres” que pretende realizar. Priorice, esto le ayudará a ser mas realista acerca de cómo emplea su tiempo. Una vez realizada una tarea, táchela de su lista de “Que Haceres”, esto reducirá el nivel de estrés al disminuir la lista.

No aplace las cosas. Esto disminuye tanto su productividad como calidad, agrava el estrés, genera culpabilidad, frustración, resentimiento y bajo auto-estima. Recuerde, cuanto más estresado esté, mas grande será la tendencia en aplazar las cosas para otro momento.

Adaptado de: El Estrés, 63  Maneras de Bajar la Tensión y Mantenerse en Forma,  People’s  Medical  Society, 1996. y  Once Medios Para Combatir el Estrés, por Christina Frank.

El Vaso de Agua

Un conferencista entró a una sala  para dar una charla sobre técnicas para manejar el estrés. Debido a que en su mano derecha llevaba un vaso con agua, la mayoría de las personas en la audiencia esperaban la clásica pregunta: ¿Ven el vaso medio lleno o vacío? Sin embargo, el hombre sorprendió al público con otra pregunta: “¿Cuánto pesa este vaso de agua?”

La mayoría de las respuestas estimaron entre 250 y 500 gr.
El hombre respondió: “El peso exacto es irrelevante, lo que importa es por cuánto tiempo lo sostengo. Si lo hago por un minuto, no habría problema. Si lo hago por una hora, probablemente sienta dolor en el brazo, pero si lo sostengo durante todo el día, lo más factible es que tengan que llamar a una ambulancia. Aunque en todos los casos el peso es el mismo, cuanto más tiempo lo sostengo, más pesado se vuelve.”
Luego agregó: “Lo mismo sucede con el estrés. Si cargamos con nuestras preocupaciones todo el tiempo, tarde o temprano se volverán cada vez más pesadas, hasta el punto de no poder continuar cargándolas.”
“Al igual que el vaso de agua, las preocupaciones deben ponerse a un lado por un tiempo, de manera que podamos descansar antes de volver a cargarlas. Una vez que nos sentimos renovados, podemos continuar el trayecto, manejando el estrés y las preocupaciones con mayor efectividad y por más tiempo.
Por eso, tan pronto como lleguen a casa, pongan sus preocupaciones a un costado, no las lleven a la cena o a la cama. Apártenlas durante la noche, y vuelvan a recogerlas por la mañana.
Sin importar las preocupaciones y responsabilidades que cargues en tu presente, debes proponerte apartarlas de tu vida por un momento, y retomarlas una vez que hayas descansado el cuerpo y la mente. ¡La vida es corta, así que maneja el estrés y disfrútala!”