Como Transformar el Fracaso en Éxito

“No he fracasado. Sólo he descubierto 10.000 maneras que no funcionarán.”- Thomas Edisonexitoofracaso

Elimine el miedo al fracaso

No hay nada más humano que cometer errores. Aun así, en nuestro afán de alcanzar el éxito hacemos nuestro mejor esfuerzo por ocultar nuestros fracasos y deficiencias ante los demás. Hoy en día está creciendo un movimiento que quiere ponerle fin a este comportamiento. Se llama Fracaso Inteligente ( Fail Forward en ingles) y aboga para que los individuos reconozcan y acepten sus defectos. La teoría es que nada contribuye más al potencial de aprendizaje que sus propios fracasos. La pregunta sigue siendo, ¿será realmente el fracaso la mejor manera de avanzar en la vida? y ¿Cómo aprender de sus errores y orientarse hacia el éxito en el futuro?

El fracaso es clave para un verdadero triunfador

Ashley Good está convencida de que aprender de los fracasos es la clave hacia un potencial ilimitado. Ella es fundadora de Fracaso Inteligente y ha recibido el Premio “Innovative Innovation” por sus ideas. Ashley está buscando mostrarnos cómo aprender del fracaso y hace un llamado a todos a reconocer y apreciar sus errores. Ella cree que hacer esto es la clave para alcanzar su verdadero potencial.
Este enfoque ha recibido elogios en las altas esferas. The New York Times, The Guardian, e incluso Bill Gates se han pronunciado a favor del aprendizaje de los errores. Y no sólo eso, hay importantes conferencias en Silicon Valley dedicados al fracaso, donde los mejores del mundo de los negocios hablan sobre sus fracasos a lo largo de los años y cómo contribuyeron a su éxito final. ¿Se habrá convertido el fracaso en algo atractivo? Serán los fracasados los verdaderos triunfadores?

¿De perdedor a triunfador?

La pregunta que si alguien se convierta en triunfador o perdedor es difícil de responder. Algunos de los grandes héroes de la historia fueron clasificados como perdedores durante sus vidas. Un ejemplo de ello fue Vincent van Gogh. Si bien las obras del artista del siglo 19 ahora valen una fortuna, durante su vida apenas pudo vender un cuadro. Fue solamente después de su muerte que llegó a ser uno de los artistas más famosos de la historia.
Asimismo, el inventor Thomas Edison padeció muchos fracasos antes de lograr su gran avance inventando el bombillo eléctrico. No solamente eso, cada deportista empezó desde abajo y cometió muchos errores en su camino hacia donde se encuentra ahora. ¿Quiere decir esto que debemos clasificar a estos grandes talentos como perdedores? Hoy por hoy, los llamamos triunfadores, sin embargo en alguna etapa previa de su vida, hubo momentos en que eran perdedores. La clave de su éxito fue no rendirse después de un fracaso.

El fracaso – ¿perdición o redención?

Aunque existen muchos ejemplos de personas que superan enormes retos y que alcanzan grandes éxitos, en la vida cotidiana, el concepto de Fallar Hacia Adelante resulta ser todo un desafío. El economista alemán Holger Patzelt investigó este tema. Observó las fracasos de algunos emprendedores y llegó a la conclusión de que la posibilidad de aprender del fracaso tiene mucho que ver con la habilidad de procesar efectivamente emociones negativas. Las personas que se enfrentan a un gran fracaso, caen rápidamente en un período de luto. Sólo aquellos capaces de levantarse y sacudirse de esos sentimientos tienen la posibilidad de aprender de sus errores y volver a empezar.

Cultiva la auto-conciencia

Los que están buscando aprender de sus errores deben estar dispuestos a echar un buen vistazo a sí mismos. Es necesario colocar sus errores bajo el microscopio con el fin de entender y aprender cómo evitar que se repitan en el futuro. Esta es la manera de forjar un nuevo futuro. A veces una vida exitosa puede desviarse, y quién sabe donde habrían parado algunos de los grandes de este mundo, si no hubieran encontrado el fracaso por el camino.

Adaptado y traducido de un artículo publicado en la revista Experteer

El Billete Arrugado

billet-froisseUn orador renombrado inició un seminario mostrando al auditorio un billete de €100 euros. Dirigiéndose a los 200 espectadores preguntó:

“¿Qué es este papel y tendra acaso algún valor?” Alguien respondió: “Es un billete de €100 euros que vale tanto en el mercado nacional como el internacional para pagos de productos, servicios y demás por su valor nominal”, respondió uno de los muchos participantes que levantaron la mano.

El orador procedió a abollar el billete de €100 euros con ambas manos hasta convertirlo en una bolita de papel arrugado. A continuación, la desplegó nuevamente y tras un intento fallido de enderezarlo preguntó: “¿Ahora, aún podrá negociarlo por su valor nominal?”

“¡Sí!” fue la respuesta contundente de los participantes.

“Bueno,” dijo, “Parece que no le he hecho lo suficiente, ¿Qué pasa si hago esto?” arrojando el billete al suelo y pisándolo con su zapato. Luego lo recogió, todo arrugado, sucio, dañado y difícil de reconocer a distancia. “¿Alguien quiere cambiarlo por su valor de cotización?” Muchos alzaron la mano.

“Creo que el billete aún mantiene su valor”, respondió un participante en con voz dudosa. “El billete todavía puede traer bienes por el valor de €100 euros”, dijo otro participante. Todos estuvieron de acuerdo.

“Amigos míos, hay una lección muy valiosa para aprender de este ejercicio. Delante de sus ojos he desfigurado, mutilado y alterado el billete. Sin embargo, no importa lo que hice con el billete, todavía confirmaron su carácter negociable porque estaban seguros de que a pesar de mis acciones, no disminuyó su valor. Aún es un billete de curso legal por el valor de €100 euros”

Muchas veces en nuestra vida caemos, nos arrugamos, o nos “revolcamos en la tierra” por las malas decisiones que tomamos, por las difíciles circunstancias que nos rodean y / o que hemos contribuido a crear. Llegamos a sentir que no valemos nada. Puede incluso aparecer así a los demás de tu entorno. Pero no importa lo que ha sucedido ni qué va a pasar, no olvide que jamás pierdes tu “Valor”.

Sí – Rudyard Kipling

RudyardKipling
Rudyard Kipling (1865-1936)

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en tí mismo cuando los demás dudan de tí,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduria…

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso (desastre)
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas…

Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto La Voluntad que les dice “!Continuad!”.

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.

La Felicidad es un Trayecto

Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después de casarnos, después de tener un hijo y entonces después de tener otro. Entonces nos sentimos frustrados porque los hijos no son lo suficientemente grandes y que seremos más felices cuando lo sean. Después de eso nos frustramos porque son adolescentes (difíciles de tratar). Ciertamente seremos más felices cuando salgan de esta etapa. Nos decimos que nuestra vida estará completa cuando a nuestro esposo (a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor carro o una mejor casa, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando estemos jubilados.

La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que ahora. Si no es ahora, ¿cuándo? Tu vida estará siempre llena de retos. Es mejor admitirlo y decidir ser felices de todas formas. Una de mis frases favoritases de Alfredo D. Souza: “Por largo tiempo me parecía que la vida estaba a punto de comenzar. La vida de verdad. Pero siempre había algún obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar. Sólo entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta que esos obstáculos eran mi vida”. Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad.

La felicidad “es” el camino; así que atesora cada momento que tienes y atesóralo más cuando lo compartiste con alguien especial, lo suficientemente especial para compartir tu tiempo y recuerda que el tiempo no espera por nadie… así que deja de esperar hasta que bajes cinco kilos, hasta que te cases, hasta que te divorcies, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que éste para ser feliz… la felicidad es un trayecto, no un destino.

Eduardo Galeano

Galeano
Eduardo Galeano

El Lobo por Dentro

loboCierta mañana un anciano Cherokee le respondió a su nieto que reclamaba una injusticia que le había hecho otro niño de la siguiente manera: “Deja que te cuente una historia. Yo también, a veces, he sentido un gran odio para aquellos que han tomado tanto sin el mínimo remordimiento por lo que hacen. Pero el odio te desgasta a ti y no hace daño a tu enemigo. Es como tomar veneno y esperar que le haga daño al otro.”

“He luchado con esta sensación muchas veces. Es como si hubiera dos lobos dentro de mí, es una terrible pelea.”

“Uno es Malvado – Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, soberbia, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego.”

“El otro es Bueno – Es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad,
benevolencia, amistad, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.”

El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo:

“¿Cual lobo gana?”

El viejo Cherokee respondió: “Aquél al que tú alimentes.”

Un Deseo Mañanero

SunriseEl sol acaba de salir, es la mañana de un nuevo día, el primer día del Año Nuevo. ¿Qué puedo desear que el día de hoy, que este año, me pueda traer?

Nada que hará el mundo de otro ser​ mas pobre, nada en detrimento de los demás. Tan sólo esas pocas cosas que en su ​llegada  no se detienen conmigo sino que más bien ​me tocan, a medida que pasan y aumentan en fuerza:

  • Unos amigos que me entienden, y aún así, siguen siendo mis amigos.
  • Un trabajo que hacer, que tiene un valor real sin la cual el mundo se sentiría más pobre.
  • Un retorno económico adecuado de ese trabajo  para no gravar excesivamente a nadie que pague.
  • Una mente sin miedo a viajar, aunque el camino sea desconocido.
  • Un corazón comprensivo.
  • Una vista hacia las colinas eternas y el mar abierto. Ver algo hermoso hecho a mano.
  • El sentido del humor y la capacidad de reír.
  • Un poco de tiempo libre, sin nada que hacer.
  • Unos momentos de calma, en meditación silenciosa, sentir la presencia de Dios.
  • Sobre todo, la paciencia para esperar la llegada de estas cosas y la sabiduría de saberlo cuando llegan.

W. R. Hunt

El Banquero y el Pescador

Un rico banquero estaba paseando por el muelle de un pueblito costero Mexicano, cuando vio llegar la barca de un pescador solitario. Dentro del bote se podían ver algunos peces de buen tamaño. El inversionista elogió al pescador por la buena calidad de sus capturas, y comenzó una conversación con el hombre de mar preguntándole:

– ¿Cuánto tiempo le ha tomado pescar esos peces?

– La verdad, no demasiado…

– ¿Y no ha pensado nunca en estar más tiempo pescando? De ese modo sacaría más cantidad de pescado.

– No, no lo he pensado porque con esto tengo suficiente para satisfacer mis necesidades y las de mi familia.

– Pero si apenas pesca un par de horas al día ¿Qué hace usted con el resto de su tiempo?

– Camino tranquilo, leo algo interesante, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi esposa, bajo todas las noches al pueblo donde suelo comer, tomar vino y tocar la guitarra con mis amigos… Tengo una vida que es estupenda y además, bien entretenida.

– Verá usted, buen hombre, yo soy un licenciado en ciencias económicas de la Universidad de Harvard y podría ayudarle un poco. Debería gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande para aumentar el número de sus capturas; con los ingresos de este aumento podría comprar varios barcos, con lo que eventualmente tendría una flota de botes pesqueros.

– En vez de vender el pescado a un intermediario lo podría hacer directamente a un procesador, e incluso, con algo de suerte abrir su propia compañía procesadora de ventas. Debería controlar la producción, el proceso y la distribución. Debería salir de este pueblo e irse a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y a ser posible a Nueva York, donde manejaría su empresa en expansión…

– Perdone que le interrumpa, señor banquero, pero ¿Cuánto tiempo puede tardar todo eso en suceder?

– Entre quince y veinte años, calculo. Todo depende de muchos factores, de las variables del mercado, de su riesgo inversionista…

– Bueno ¿Y luego qué?

– Pues esa es la mejor parte, amigo: Cuando llegue la hora debería anunciar una “Oferta Inicial de Acciones”. Al vender las acciones de su empresa al publico, usted se volvería rico, tendría millones…

– ¿Millones? ¿Y luego qué?

– ¡Qué pregunta! Con semejante fortuna, se podría retirar de la vida laboral y afincarse en un pueblecillo en la costa, donde podría dormir hasta tarde, jugar con sus hijos (si le queda alguno con edad de jugar), descansar con su mujer, salir por las noches al pueblo para comer y tomar vino despreocupadamente ¡Incluso podría hacer algo que sé que le gusta mucho: Tocar la guitarra con sus amigos!

Cómo Tomar Buenas Decisiones

Las decisiones perfectas se dan con muy escasa frecuencia. No obstante, siempre es posible tomar buenas decisiones que, aunque no tengan un desenlace de cuento de hadas, logran el mejor resultado que permiten las circunstancias.
Las personas que por lo general toman buenas decisiones no suelen actuar por impulso ni por intuición, ni se basan exclusivamente en su experiencia, sino que emplean alguna metodología, como por ejemplo esta:
Define la cuestión. Buena parte de la solución radica en el planteamiento del problema. Para ello conviene recurrir a las preguntas básicas del periodismo y tratar de responder al quién, al qué, al cuándo, al por qué y al cómo. ¿Por qué es necesaria la decisión? ¿Cuál es el objetivo? ¿Cómo podría la decisión influir positivamente en la situación? ¿A quién va a afectar? ¿Cuándo es preciso tomarla?
Adopta un enfoque positivo. Esfuérzate por ver la situación como una oportunidad y no como una contrariedad.
Enumera las distintas opciones. Cuantas más consideres, menos probable es que pases por alto la mejor solución.
Reúne información. Una investigación exhaustiva te conducirá a decisiones más acertadas. Además redundará en una mayor paz interior durante la ejecución de las mismas.
Sé objetivo. Si ya tienes una opinión formada sobre el asunto, es natural que quieras buscar pruebas que la confirmen. Eso está bien en caso de que tengas razón; pero si no puede apartarte de lo que sería la mejor decisión. Considera de buen grado soluciones alternativas y puntos de vista divergentes. Ten presente que el objetivo no es demostrar que tú tienes razón, sino tomar la mejor decisión.
Sé consecuente con tus principios. Si alguna de las alternativas compromete tus valores, elimínala de la lista.
Estudia las diversas opciones. Anota los pros y los contras de cada opción y sopésalos. Procura determinar los mejores y los peores resultados posibles de cada opción. Trata de ver si hay alguna forma de combinar varias soluciones prometedoras para lograr una realmente eficaz.
Toma una decisión. Una vez que estés convencido de haber dado con la mejor alternativa, adopta resueltamente esa línea de acción.
Cambia de rumbo si varían las circunstancias. Después que tomes una decisión y comiences a implementarla, puede que se presente una mejor opción. Entra entonces en juego lo que se ha denominado el efecto timón: el timón solo actúa una vez que la nave está en movimiento.
Consulta con Dios. Por último —aunque no por ello, menos importante—, ruega al Señor que te guíe en cada etapa del proceso. Él puede ayudar a salir de cualquier laberinto. Si le pides orientación, te la dará.

Escrito por Alex Peterson

El Porvenir

El caso es que su vida en la Tierra es una gota en el mar de la eternidad. Es un punto minúsculo de unos pocos años en el infinito. Y sin embargo, es una de las ocasiones más importantes de su existencia. Es el único punto donde podrán hacer y aprender ciertas cosas y madurar de ciertas formas.

No es una fantasía irracional creer que, en una existencia futura, vayamos a mirar lo que creemos que es nuestra existencia actual como si se tratase de un sueño. Edgar Allan Poe

¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece.  Santiago 4:14 *

¿Tan corta es la vida? ¿Es cierto que tan solo aparece por un tiempo y luego se desvanece? Pues, si es así, aprovechémosla al máximo para dar de nosotros al máximo. Y si la vida es, en efecto, corta, es de sabios no quedarnos en reposo como tierra en barbecho, sino por el contrario, sembrar cada parcela que podamos.
Será prudente sacarle todo el provecho que podamos. Imprimámosle toda la vida posible a nuestra existencia y todo el trabajo posible a nuestra vida. Realicemos nuestro trabajo con el mayor ahínco posible, y démosle toda la calidez que podamos a nuestro corazón. ¡Que Dios nos conceda que estemos vivos al vivir! Que no nos conformemos solo con vivir sino con vivir intensamente. C. H. Spurgeon

Acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. Jesús 

No conozco el futuro;
del mañana nada sé;
no le robo su alegría,
pues pesar traerá tal vez.
Muchas cosas del mañana
no alcanzo a comprender
mas Quien cuida del mañana,
¡cuidará de mí también! 
Ira Stanphill

Decisiones

La vida se edifica sobre la base de una serie de decisiones que van desde lo trivial hasta los dilemas más profundos: ¿Qué me pongo hoy? Qué voy a desayunar? ¿Con quién me caso? ¿Qué carrera debo seguir? Tanto las grandes como las pequeñas decisiones se combinan para ordenar nuestros días, definir quiénes somos y en gran medida, establecer el grado de felicidad y satisfacción de que gozamos. Irónicamente, suelen ser las decisiones más intrascendentes las que ocupan la mayor parte de nuestro tiempo y atención, mientras que las más medulares, las que más pesan e influyen, quedan desatendidas o postergadas. ¿Qué quiero hacer en la vida? ¿Qué clase de persona aspiro a ser? Es muy posible vivir día a día sin zanjar esos grandes interrogantes: millones de personas lo hacen. Lo malo es que esa forma de abordar el futuro las más de las veces deriva en desencanto y pesar en lugar de redundar en verdadera satisfacción y felicidad. Alguien dijo con cierta cuota de ingenio: «Si no sabes a dónde vas es probable que acabes en otra parte». No te metas en ese laberinto. Descubre qué es lo más importante para ti y persíguelo con tesón.