El Lobo por Dentro

loboCierta mañana un anciano Cherokee le respondió a su nieto que reclamaba una injusticia que le había hecho otro niño de la siguiente manera: “Deja que te cuente una historia. Yo también, a veces, he sentido un gran odio para aquellos que han tomado tanto sin el mínimo remordimiento por lo que hacen. Pero el odio te desgasta a ti y no hace daño a tu enemigo. Es como tomar veneno y esperar que le haga daño al otro.”

“He luchado con esta sensación muchas veces. Es como si hubiera dos lobos dentro de mí, es una terrible pelea.”

“Uno es Malvado – Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, soberbia, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego.”

“El otro es Bueno – Es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad,
benevolencia, amistad, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.”

El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo:

“¿Cual lobo gana?”

El viejo Cherokee respondió: “Aquél al que tú alimentes.”

La Amabilidad

El fruto irresistible: la amabilidad 

La amabilidad es amor en acción, amor traducido a sencillos actos cotidianos. Es consideración. Es vivir la regla de oro, tratar a los demás como quieres que te traten.
Es hacer la vista gorda ante las pifias y flaquezas ajenas. Es tener un corazón compasivo y perdonar a los demás tanto como nos perdona Dios a nosotros.
La amabilidad propicia buena voluntad. Nuestras palabras amables y gestos considerados les muestran a los demás que nos parecen importantes su felicidad y bienestar, y eso los mueve a responder de igual manera.
La amabilidad es uno de los bienes más difíciles de regalar, porque casi siempre nos la devuelven. No cuesta nada, pero ¡cuántas cosas se alcanzan con ella! Una sonrisa o una palabra amable pueden ser decisivas para quien está pasando por un día difícil. –

Por Rafael Holding

Una sonrisa

Con una pizca de ternura ya se siembra alegría,
con un sencillo gesto amable que denote empatía.
Una palabrita cordial da esperanza y aliento.
Con una sonrisa amistosa muere el abatimiento,
Como irrumpe un rayo de sol en una estancia oscura,
un rostro risueño ahuyenta la mayor amargura.

Anónimo