“Perdonar es liberar a un prisionero y descubrir el prisionero eras tú.”
Durante la Segunda Guerra Mundial, Corrie ten Boom y su família ayudaron a judíos en Holanda escapar de los nazis. Pero cuando se descubrió que estaban escondiendo judíos, ella y su família fueron llevados al campo de concentración de Ravensbrück. Su hermana y su padre murieron allí, pero Corrie sobrevivió y fue milagrosamente liberada, lo cual le permitió contar su historia.
Un día, muchos años después, Corrie escribió lo siguiente:
“El perdón es como soltar la cuerda de la campana. Si alguna vez has visto una iglesia en el campo con una campana en el campanario, se recordará que para hacer sonar la campana, hay que jalar la cuerda por un buen rato, después de que el sacristán suelta la cuerda, la campana sigue sonando. Una vez en movimiento la campana, el sacristán simplemente mantiene el ímpetu. Cuando se suelta la cuerda, la campana seguirá sonando, por inercia propia. Sin embargo, el timbre comenzará a disminuir y eventualmente se detendrá.”
“Creo que lo mismo aplica al perdón. Cuando perdonas a alguien, hay que soltar la cuerda. Pero si has estado jalando la cuerda de sus agravios durante mucho tiempo, no se sorprenda si los viejos pensamientos de ira sigan rondando su mente por un tiempo. Después de todo, han tenido un gran impulso. Pero si afirmas tu decisión de perdonar, ese espíritu rencoroso comenzará a disminuir y con el tiempo se desvanecerá. El perdón es soltar la cuerda de la retribución.”
Corrie Ten Boom (1892 – 1983)