
Nada que hará el mundo de otro ser mas pobre, nada en detrimento de los demás. Tan sólo esas pocas cosas que en su llegada no se detienen conmigo sino que más bien me tocan, a medida que pasan y aumentan en fuerza:
- Unos amigos que me entienden, y aún así, siguen siendo mis amigos.
- Un trabajo que hacer, que tiene un valor real sin la cual el mundo se sentiría más pobre.
- Un retorno económico adecuado de ese trabajo para no gravar excesivamente a nadie que pague.
- Una mente sin miedo a viajar, aunque el camino sea desconocido.
- Un corazón comprensivo.
- Una vista hacia las colinas eternas y el mar abierto. Ver algo hermoso hecho a mano.
- El sentido del humor y la capacidad de reír.
- Un poco de tiempo libre, sin nada que hacer.
- Unos momentos de calma, en meditación silenciosa, sentir la presencia de Dios.
- Sobre todo, la paciencia para esperar la llegada de estas cosas y la sabiduría de saberlo cuando llegan.
W. R. Hunt