El fruto irresistible: la amabilidad
La amabilidad es amor en acción, amor traducido a sencillos actos cotidianos. Es consideración. Es vivir la regla de oro, tratar a los demás como quieres que te traten.
Es hacer la vista gorda ante las pifias y flaquezas ajenas. Es tener un corazón compasivo y perdonar a los demás tanto como nos perdona Dios a nosotros.
La amabilidad propicia buena voluntad. Nuestras palabras amables y gestos considerados les muestran a los demás que nos parecen importantes su felicidad y bienestar, y eso los mueve a responder de igual manera.
La amabilidad es uno de los bienes más difíciles de regalar, porque casi siempre nos la devuelven. No cuesta nada, pero ¡cuántas cosas se alcanzan con ella! Una sonrisa o una palabra amable pueden ser decisivas para quien está pasando por un día difícil. –
Por Rafael Holding
Una sonrisa
Con una pizca de ternura ya se siembra alegría,
con un sencillo gesto amable que denote empatía.
Una palabrita cordial da esperanza y aliento.
Con una sonrisa amistosa muere el abatimiento,
Como irrumpe un rayo de sol en una estancia oscura,
un rostro risueño ahuyenta la mayor amargura.
Anónimo